Con el equipo listo, comenzamos nuestra inmersión. El agua estaba helada y el desafío de bucear y mantenernos en posición para la foto era considerable. La oscuridad del cenote añadía un nivel de imponencia y nerviosismo, pero también un sentido de emoción y expectativa.
Imagina sumergirte en un mundo oculto, donde la luz del sol se filtra a través de las profundidades de un cenote, creando un espectáculo de rayos dorados que iluminan el agua cristalina. Este fue el escenario que me llevó a embarcarme en una de las aventuras más emocionantes y desafiantes de mi vida: capturar la esencia de un cenote en una fotografía underwater.
Todo comenzó cuando vi una serie de fotografías impresionantes tomadas en un cenote. La claridad del agua y los juegos de luz me dejaron impresionado, y supe de inmediato que tenía que experimentar y capturar algo similar. Mi investigación me llevó a Valladolid, a un cenote llamado Chukum, conocido por su belleza y la luz mágica que se filtra solo durante el verano.
Antes de aventurarnos al cenote, había mucho por preparar. La fotografía underwater no es tarea fácil; requiere no solo del equipo adecuado sino también de habilidades específicas. Contraté a un instructor de freediving para asegurarme de tener los permisos necesarios y la seguridad durante la sesión. Además, conté con la colaboración de mi amigo y fotógrafo especializado, Miguel Guillermo, quien aportó su experiencia y equipo profesional.
Nos dirigimos al cenote temprano en la mañana, después de pasar la noche en Valladolid. La luz en el cenote es crucial, ya que solo en verano y durante ciertas horas del día se forman los rayos de sol perfectos para la fotografía. La primera vez que intentamos la sesión fue un fracaso debido a la falta de luz adecuada, pero esto solo incrementó mi determinación.
Después de varios intentos, cansados y temblando de frío, nos dirigimos a un restaurante cercano para revisar las fotos. La emoción fue indescriptible al ver que habíamos capturado la imagen que tanto había soñado. Esa fotografía no solo representaba un momento hermoso sino también el esfuerzo y la dedicación puestos en lograrla.
Para esta sesión, utilizamos una cámara Sony A7 con un housing especial para fotografía subacuática. Además, llevamos visores DeepSea de Aleta Azul y la Dry Bag donde guardamos todas las cosas sin el temor a que se filtre el agua. Además aletas especializadas y neoprenos para protegernos del frío. Todo el equipo fue crucial para asegurar la calidad y seguridad durante la sesión.
Si estás pensando en vivir una experiencia similar, mi mayor consejo es hacerlo con un experto en freediving. La seguridad es primordial en estas aventuras, y contar con la guía de alguien experimentado puede marcar la diferencia. También recomiendo practicar freediving con anticipación y asegurarte de tener el equipo adecuado.
Conóce todas las fotografías de esta experiencia en este link
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