Hoy quiero compartir con ustedes una experiencia que cambió mi vida: mi ascenso al Volcán de Fuego en Guatemala. Hace justo un año, en abril de 2023, nos embarcamos en la que sería la primera aventura de Aletazul. Éramos un grupo de cuatro personas: Erick, el fundador de Aletazul, André, Alex y yo.
Para mí, esta travesía representaba mucho más que una simple exploración. Desde el momento en que supe de la existencia de este volcán activo, me obsesioné con la idea de conquistarlo. Organizamos este viaje con un objetivo claro en mente: subir al volcán y vivir una experiencia única.
No podía creer que hubiera una montaña que hiciera erupción cada 15 minutos. Así que, cuando surgió la oportunidad, no lo pensé dos veces y nos lanzamos a la aventura.
La preparación física y mental para esta expedición fue crucial. Aunque ninguno de nosotros estaba completamente preparado, hicimos lo mejor que pudimos. La altitud y el peso de nuestras mochilas, cargadas con agua, comida y equipo fotográfico, hicieron que el ascenso fuera todo un desafío. Recomiendo llevar palos de hiking para facilitar el ascenso y estar preparado para cambios bruscos de clima, como el frío intenso en la cima.
En cuanto al equipo, la elección de cada artículo fue fundamental. Recomiendo llevar ropa versátil, como la Bamboo Pro Long Sleeve, que se adapta tanto al calor como al frío. Además, una buena mochila, como la Drybag de Aletazul, es esencial para proteger tus pertenencias de la lluvia y la tierra durante el ascenso.
A pesar de haber corrido una semana antes, el hike resultó ser un desafío físico mayor de lo esperado. La altitud y el terreno irregular hicieron que cada paso fuera un esfuerzo, pero la recompensa valió la pena.
La planificación del viaje fue otro aspecto clave. Buscamos una agencia profesional y responsable que nos guiará durante la expedición. Además, nos aseguramos de estar preparados financieramente para cubrir todos los gastos del viaje.
La formación del equipo fue espontánea, pero pronto nos convertimos en un grupo unido con un objetivo común: conquistar el Volcán de Fuego. Todos compartimos la misma mentalidad de buscar nuevas experiencias y desafíos en la naturaleza.
Durante el ascenso, enfrentamos desafíos logísticos menores, pero nada que pudiera detenernos. Estábamos decididos a alcanzar la cima y presenciar la majestuosidad del volcán.
El ascenso al volcán fue una experiencia inolvidable. Desde la densa jungla hasta el terreno volcánico, cada paso nos acercaba más a nuestro objetivo. Aunque el clima no nos permitió ver el volcán al principio, la perseverancia valió la pena cuando presenciamos una erupción desde la cima.
La seguridad fue una preocupación constante durante toda la expedición. Confiamos en nuestros guías y tomamos precauciones para garantizar nuestra seguridad en zonas peligrosas, como la caída de piedras.
Emocionalmente, esta experiencia fue transformadora. Me dio confianza en mis habilidades como fotógrafo y me inspiró a perseguir mis sueños con más determinación. Ver el amanecer desde la cima del volcán fue un momento épico que nunca olvidaré.
Esta experiencia ha ampliado mi perspectiva sobre la naturaleza y me ha motivado a seguir explorando el mundo y capturando sus maravillas a través de mi lente. Para aquellos interesados en realizar una expedición similar, les recomiendo informarse bien, estar preparados y confiar en su equipo.
En resumen, nuestra aventura en el Volcán de Fuego fue mucho más que un simple viaje. Fue un viaje de autodescubrimiento, camaradería y admiración por la belleza del mundo que nos rodea. Aunque enfrentamos desafíos y momentos difíciles en el camino, cada paso nos acercó más a la cima y nos recordó la importancia de vivir.
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